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miércoles, 11 de marzo de 2009

Ni olvido ni perdón

Ni olvido ni perdón. Aún hoy lloro cuando veo ciertas imágenes. He evitado las más duras, las que nos muestran la realidad del dolor de un pueblo acribillado por la intolerancia y los intereses partidistas de quienes hoy ocupan sus cargos y pretenden hacernos olvidar la sangre de un pueblo derramada por codicia y avaricia política. La vergüenza de sus constantes mentiras y sus encubrimientos, las culpas de este o aquél, pero la sangre de nuestros hermanos españoles corriendo por entre unos hierros ardiendo de odio y dolor, de impotencia y de necesidad.

Mi recuerdo a las víctimas, mi abrazo a sus familiares y amigos, mi felicitación a cuantos aquél día corrieron como desesperados ayudando como buenamente podían, y mi desprecio a los ocultistas e instigadores de esta masacre.

Ni olvido ni perdón.

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