miércoles, 25 de marzo de 2009
La prostitución es necesaria
Bueno, a ver si me da tiempo de explicarme antes de que las feministas me linchen (creo que ya les escucho aporrear la puerta) :)
Lo primero, como siempre, voy a dejar clara mi opinión sobre el tema, para no equivocarnos:
Pagar por follar es patético y los que tienen que hacerlo para poder pillar algo me dan mucha pena.
Huelga decir que yo nunca me he ido de putas (aunque una vez que íbamos to moraos entramos en una “discoteca” que acabo siendo un puticlub, pero eso es otra historia) pero algunos de mis amigos si, incluso una vez conocí a un tipo cuya novia trabajaba en el ramo, y cuando le pregunte que si no le molestaba el me dijo que no, que no le importaba en absoluto lo que nadie pensara porque “una cosa era el trabajo y otra el amor” (pero cuando le comente que darle un beso seria como comerle la polla a media España si que le importo, que cosas)
El tema viene a cuento por la controversia que han generado las nuevas medidas tomadas en Granada para prohibir la prostitución. A cuenta de eso ha salido una lideresa (ministra, esta va por usted) de no se que asociación diciendo que el siglo XXI será el siglo en el que se acabe con la prostitución.
Y mi opinión es que, no solo no se va a acabar, sino que no debe acabarse, porque es necesaria.
No es la primera vez a lo largo de la historia que se intenta acabar con la prostitución, sin ir mas lejos aquí en Sevilla hubo varios intentos por parte de la Iglesia en los siglos XV y XVI (lo tenían fácil; la mitad de los burdeles de la ciudad pertenecían a los canónigos de la Catedral). Siempre que nombraban un arzobispo o un cardenal especialmente estricto cerraba los burdeles y en los sermones dominicales condenaba “los pecados de la carne” amenazando con los castigos del infierno y con la denuncia ante la Santa Inquisición (punto este ultimo mucho más convincente para los interesados)
Pues bien, aunque en un principio se tenia éxito y se acababa con el negocio, a la larga se tenia que volver a abrir la mano, porque la violencia sexual aumentaba hasta niveles alarmantes; ya saben que en teoría solo tenia derecho a pillar el que estaba cristianamente casado con lo que cual se quedaban fuera de la ecuación todos los adolescentes, viudos, valentones, soldadesca y demás fauna urbana que por una razón u otra no cumplían con el requisito.
En resumen, las violaciones, raptos de mujeres, agresiones sexuales, asaltos de conventos (ya que vas a jugarte el cuello asaltando una casa mejor ir a lo seguro ¿no?) y las consecuencias que traían (duelos y venganzas por el honor mancillado, que eso en España antes importaba, antes) provocaban una situación de violencia y tensión social tal, que hacia imprescindible una “válvula de escape”. Esa válvula era la reapertura de los burdeles.
Y no crean que exagero, por ponerles un ejemplo, en Cuaresma se cerraban las puertas del barrio de las prostitutas y no se abrían hasta que esta pasaba, y no vean la que se organizaba; morían mas gentes en duelos, peleas, acuchillamientos y demás en esos cuarenta días que en todo el resto del año, y cuando por fin llegaba el ultimo día de prohibición “los mozos saltaban los muros y sacaban a las putas en volandas, tanta era la excitación y alegría” (sic)
Aunque ustedes me argumentaran que las cosas han cambiado mucho, y que ahora todo el mundo puede echar un casquete sin tener que pasar por la vicaria, yo discrepo; un hombre de mediana edad, divorciado, bajito, calvo y barrigón tiene muy pocas posibilidades de “aliviarse” y por muy mayor y mucha barriga que tenga, ese hombre aun tiene apetitos sexuales que tienen que ser satisfechos.
Y quien dice un hombre de mediana edad, dice, viudos, feos, minusválidos y, en fin, cualquier persona que no encaje en los cánones estéticos y sociales de hoy día. Si se les quita la opción de acudir a una profesional un porcentaje de esos hombres no tendrá ninguna posibilidad de tener un encuentro sexual. Y eso a la larga acabara derivando en violaciones y violencia sexual.
Ya se que muchos y muchas (joder que políticamente correcto estoy hoy, la ministra estaría orgullosa) me dirán “pues que se la pelen (literalmente)” y que por satisfacer los bajos instintos de unos no vamos a condenar a la esclavitud sexual a pobres mujeres.
Pero ese argumento tiene un error de base muy gordo.
Y es que, por mucho que le duela a alguna feminista, siempre habrá mujeres que prefieran trabajar prostituyéndose menos de 3 horas diarias y ganar 500€ a la semana que trabajar en un Burguer King o en un Zara 40 horas semanales y cobrar a final de mes 900 €.
Eso es así y el que diga que no miente o no conoce la realidad social. Siempre habrá mujeres, aunque sean una minoría, que querrán dedicarse libremente al oficio mas viejo del mundo (el segundo oficio mas antiguo es el de chulo que les sacaba los cuartos y el tercero el de político, que por la “gratificación” adecuada, hace la vista gorda)
Lo que hay que hacer es luchar contra la explotación sexual y la trata de blancas (o negras, o amarillas) por parte de las mafias y ayudar a salir de esa mundo a la que quiera dejarlo.
Y a la que quiera seguir que se le de una cobertura social y una seguridad jurídica.
Con lo que hay que acabar con la prostitución callejera (que es la que hacen las inmigrantes ilegales explotadas por las mafias) y con los chulos que la controlan, y legislar de una vez el tema, en vez de ponernos hipócritamente las manos en la cabeza.
En Alemania y Holanda la prostitución es legal y regularizada, y les va muy bien (que desilusión me lleve cuando fui a Ámsterdam, pensé que el barrio rojo seria un sitio lascivo y pecaminoso, y era más bien como Disneylandia pero con putas, con autobuses descargando jubilados para hacer el recorrido turístico incluido…en fin, otro mito al carajo)
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Brillante artículo. Enhorabuena. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias Txiripitiflautiko, un abrazo a ti tambien, y aqui estamos para lo que sea.
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