Estoy cansada de oir decir que Hitler era de extrema derecha. Efectivamente, en un momento dado se alió con los fascistas, quienes sí podrían considerarse conservadores. Pero los nazis eran ante todo nacionalistas radicales y, en segundo lugar, socialistas, como su propio nombre indicaba.
Sus ideas sobre el estado todopoderoso que tenía dominio absoluto sobre los individuos. Su concepto de la productividad como única meta. Su desprecio hacia los derechos individuales, la religión, la familia… Todos ellos son rasgos propios del socialismo más puro, sacados de los libros de Marx.
Así que repitamos todos bien alto: nacionalsocialistas. Hitler era, por tanto de izquierdas, como los soviéticos a los que le tocó combatir, por esas contradicciones que tiene a veces la propia historia.
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Efectivamente, María: es algo que la gente no llega a entender. Si no se hubieran llamado "nacionalcapitalistas".
ResponderEliminarEn ellos primaba el dominio del Estado sobre el individuo, la economía dirigida y el odio a la religión.
Muy en la línea del actual gobierno de España, aunque nos intenten engañar haciendo aparentar que son los extremos opuestos.
Lo más cerca del nazismo que ha estado España no ha sido durante el régimen de Franco, a pesar de su estética, sino durante la horrible Segunda República y durante el actual régimen socialista.
Perdone, el régimen del III Reich estaba muy avanzado en cuanto derechos de los trabajadores, lo que refleja que la productividad no era la única meta.
ResponderEliminarAdemás, ¿el socialismo más puro?
¿El marxismo defiende la nación como elemento de propagación y desarrollo?
¿El marxismo defiende los rasgos propios del ser humano tales como el honor, la gloria, la autorrealización, la fuerza, etc.?
Por último, tu afirmación de que el régimen nacionalsocialista despreciaba la familia o la religión demuestran una total desinformación, sobretodo en el terreno familiar.
Las comparaciones son odiosas, pero esta comparación está totalmente fuera de lugar. El régimen del III Reich era anticomunista y así lo reflejó, su única semejanza destacable es el carácter totalitario de ambos.