No estoy en contra de Zapatero, porque sea del PSOE, porque se considere el "rojo más rojo de todos los rojos", por que sea populista, demagogo, poco ilustrado. Pienso que si estuviera Rajoy, la cosa no cambiaria mucho. Quizá en las formas, pero en el fondo, que es lo que importa en un político, nada cambiaría. Lo que de verdad me molesta de Zapatero, es su improvisación; esa sensación que da de estar continuamente jugando a la ruleta, con las fichas de todos. Lo ocurrido ayer en el Congreso, creo que me da la razón.
A las 2 de la tarde, tenía un acuerdo con Izquierda Unida, para apretar las tuercas a las rentas más altas. ¿Demagogia?. ¿Populismo?. Puede. Pero lo que está claro, es que en este país cuanto mas tienes, menos pagas. Haced cuentas de la cantidad de impuestos indirectos que pagamos todos. Se tienes una renta alta, estos impuestos vinculados al consumo principalmente, te importan un comino. Pero si ganas mil eurillos, la cosa cambia. Bien. A las 6 de la tarde, la cosa cambia totalmente, y lo que a las 2 era blanco, a las 6 era negro. Las explicaciones que dio el portavoz del grupo socialista en el congreso, la verdad, se las podía haber evitado.
La política no se hace a base de dar bandazos, ni de pagar o cobrar favores. La política se hace, ó se debe hacer, a base de pragmatismo y de convicciones. Ni una cosa ni la otra sobran en la política española. Ayer se puso de manifiesto que entre PP y PSOE, no hay diferencias, al menos en política fiscal y que el único grupo que vota de acuerdo con sus convicciones, Izquierda Unida, tiene solamente dos diputados en el congreso. No soy yo, precisamente un fan de IU. Solomente digo que al menos es coherente con su programa, y con sus votantes, y eso en un país en el que la gente vota, y luego los políticos hacen lo que le da la real gana, es un mérito.
miércoles, 24 de junio de 2009
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