No me explico por qué todos los países están condenando la sustitución del presidente de Honduras, cuando deberían estar aplaudiendo la decisión. Al fin y al cabo, ha sido el Tribunal Supremo el que ha ordenado esa medida y lo ha hecho con buenas razones. No queremos tener otro Chávez más en la zona.
Zelaya pretendía convertirse en un nuevo Caudillo al estilo del neo-socialismo iberoamericano. No es más que una resurrección tardía de los ideales de Marx. Llamarle a eso democracia es caer nuevamente en la vieja trampa de las "repúblicas democráticas soviéticas". Comprendo que los socialistas quieran ocultarlo, pero es injustificable que el resto de partidos políticos se sumen a ello.
www.fueracomplejos.wordpress.com
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario