La información que publica hoy El País referida al posible caso de corrupción en la cúpula del Partido Popular va a tener consecuencias negativas independientemente de la resolución que tenga en el Supremo. Para Rajoy no ha sido suficiente que un juez vea indicios claros de cohecho y delito fiscal contra el senador y tesorero del Partido Popular para apartarle como mínimo del cargo, sino que ha mostrado reiterada y públicamente su apoyo a Luís Barcenas.
Los datos del auto del juez del Tribunal Superior de Madrid son por sí solos lo suficientemente graves como para haber tomado alguna decisión desde Génova. Bárcenas, según el juez, recibió de Correa un millón de euros que no declaró y el mismo juez destaca que el patrimonio de Bárcenas pasó de 711.592 euros en 2002 a 2,5 millones de euros en 2007.
El Partido Popular se está equivocando de estrategia. Lo fácil habría sido apartarlo del cargo y suspenderlo de militancia hasta que el Tribunal Supremo, dada su condición de aforado, hubiera decidido qué hacer. Ahora bien y una vez visto que Bárcenas no está dispuesto a irse por las buenas, a Rajoy se le plantea un dilema: apartarlo del cargo dando munición suficiente al PSOE y a sus terminales mediáticas para levantar el discurso de la corrupción en el PP o bien, mantenerlo en el puesto hasta el final siendo coherente su discurso. Mal termina lo que mal empieza.
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martes, 23 de junio de 2009
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A mí me da el pálpito de que esto huele a huevo podrido!!!!!!
ResponderEliminarLamento mucho la decisión de Rajoy en este caso, aunque también comprendo que cuando comienzan rumores, lo mejor es quedarse quieto, pero ya a estas alturas, debería haber tomado alguna medida que saliera de él. No porque se lo impongan (que presiento que será lo que haga al final), sino que le salga de sus adentros...
Este escándalo como dices, va a traer una cola que eclipsará al cometa Haley.Porque encima, los rojos tienen una cualidad única en eso de virar tortillas...y al final quien perderá será España.