Entre la bajeza moral del Pesoe y los complejos pusilánimes del Pepé, el Frente Nacional inicia su campaña para las europeas del 7 de Junio. A pesar del pacto de silencio y del boicot orquestado desde los medios de comunicación pesebreros de uno y otro lado, el nuevo partido se está consolidando como la única alternativa seria y viable para sacar a España del estercolero en que la ha sumido la demagogia del zapaterismo y la inepcia pepera.
La derecha giliberal es la más interesada en silenciar la nueva voz, consciente de que muchos de los votos frentistas provendrán de votantes desencantados del Pepé. La forma de intentar neutralizar la pujanza cada vez mayor del Frente Nacional ha pasado por ceremonias de la confusión realmente patéticas. Una de las maniobras más recientes para dividir el voto patriota la ha perpretado la COPE, volcándose en dar publicidad a pequeños partidos confesionales en la esperanza de restar apoyos y difusión al Frente.
El que se tomen tantas molestias, afrontando incluso el ridículo, es señal de que el nuevo partido les inquieta bastante. A pesar de sus burdos intentos de desorientar a los patriotas españoles con presuntas alternativas gazmoñas o con las rancias charangas patrioteras de siempre, el Frente inicia su andadura con energía. El 7 de Junio comprobaremos si el pueblo español sigue siendo un rebaño manejable o si algo ha empezado a cambiar.
Sea cual sea el resultadode de estas elecciones, lo cierto es que la entrada en liza del Frente Nacional marcará un antes y un después para el patio de Monipodio en que la partitocracia ha convertido a España.
La derecha giliberal es la más interesada en silenciar la nueva voz, consciente de que muchos de los votos frentistas provendrán de votantes desencantados del Pepé. La forma de intentar neutralizar la pujanza cada vez mayor del Frente Nacional ha pasado por ceremonias de la confusión realmente patéticas. Una de las maniobras más recientes para dividir el voto patriota la ha perpretado la COPE, volcándose en dar publicidad a pequeños partidos confesionales en la esperanza de restar apoyos y difusión al Frente.
El que se tomen tantas molestias, afrontando incluso el ridículo, es señal de que el nuevo partido les inquieta bastante. A pesar de sus burdos intentos de desorientar a los patriotas españoles con presuntas alternativas gazmoñas o con las rancias charangas patrioteras de siempre, el Frente inicia su andadura con energía. El 7 de Junio comprobaremos si el pueblo español sigue siendo un rebaño manejable o si algo ha empezado a cambiar.
Sea cual sea el resultadode de estas elecciones, lo cierto es que la entrada en liza del Frente Nacional marcará un antes y un después para el patio de Monipodio en que la partitocracia ha convertido a España.
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