No hace muchos días, a propósito del empeño que Marcelino Iglesias, Presidente de Aragón, muestra reiteradamente por hacer del catalán lengua co-oficial en Aragón, un conocido me reprochaba mi postura de desacuerdo con la ley de co-oficialidad que el PSOE pretende sacar adelante en el Parlamento Aragonés.
Como la ignorancia es muy atrevida, dicho sujeto atribuía a mi negativa un cierto tinte de catalanafobia, que él mismo pretendía contrarrestar asegurándome que si yo conviviera con los catalanes, dicha fobia desaparecería.
Por supuesto, yo negué ser catalanófobo. .Le expliqué además que viví prácticamente seis años en Tarragona, donde me casé. Y todo se lo conté en un catalán bastante decente, para convencerle.
Tuve que repetirle todo en castellano, porque no había entendido la mitad de mis explicaciones. Y acto seguido le expuse el porqué de mi negativa ante esta ley de Marcelino Iglesias que, a mi juicio, podría abrir las puertas a una serie de conflictos.
¿Exageración?
Durante aquellos años que viví en Tarragona tuve que desplazarme por dos meses a Valencia. Gracias a un amigo que entonces dirigía un programa local en COPE Valencia, pude colaborar como tertuliano en interesantes debates. En uno de ellos el tema era importante y conflictivo. Hablábamos de los conflictos que por aquél entonces – 1995 – había entre
Realmente aquello no fue un debate. Todos, incluso los oyentes que llamaban, estábamos de acuerdo en que
Como dije, todos estuvimos de acuerdo. Pero una oyente llamó ofendida, tachándonos a todos de catalanófobos y reprochándonos por mentir al asegurar que las editoriales catalanas contaminaban el valenciano en las escuelas.
Recuerdo que contesté a aquella oyente que había tanta sensibilización con dicho asunto que, excepto ella, todos los padres y madres de alumnos que habían llamado al programa, lo había hecho para quejarse por anomalías que habían encontrado en los libros de texto. Y con este asunto, los ánimos eran tan susceptibles, que las quejas venían por igual tanto de los castellano parlantes como de los que se expresaban en valenciano, como era el caso de ella.
Con algo menos de ímpetu, siguió quejándose de que nuestra posición era exagerada. Algo en su acento me hizo sospechar. Ella Hablaba valenciano, claro está; pero había pronunciado un par de palabras con un cierto acento tarragonés o castellonense del delta. Al poco tiempo ella cayó en su trampa, cuando, en un par de ocasiones, se refirió al entonces llamado Servéi D’Educació y su escrupuloso tratamiento de los textos en valenciano para los escolares.
“Señora – le dije – recuerde usted que Servicio, en valenciano, se dice Servici. Servéi es la palabra en catalán.”
Contestó alguna incoherencia y cortó la comunicación.
Volviendo al presente; yo no quiero que mi voto, ni mi opinión, puedan servir para provocar en la franja aragonesa la misma situación. Es decir, la invasión lingüística planificada y auspiciada por
Buenos días, Red Hispania. Soy ZAdlander, un usuario relativamente inexperto de Blogger pero coon muchas ganas de escribir. Tengo mi propio blog (http://zadlander.blogspot.com), en el que publico mis artículos y símbolos importantesde España. Sin embargo, mi blog no tiene apenas visitas, y no sé cómo relanzarlo. Por eso les escribo, para pedirles si podría ingresar en su blog para poder publicar ahí mis artículos patriotas y de ideología de derechas. ¡Arriba España!
ResponderEliminarEstimado Zadlander:
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Recibe un saludo cordial.
RH